Conocí a la que sería mi esposa cuando éramos niños, fui su mejor amigo durante años, hasta que nos separamos cuando me mudé de ciudad para estudiar en la universidad. 5 años después volví a mi ciudad natal y me encontré con ella luego de tanto tiempo, la conexión fue mejor y muy distinta a la de antes, siendo una conexión más sexual e intensa. Nos hicimos novios un mes más tarde y 3 años después nos casamos por civil. En la cama ella era desinhibida y apasionada, un fuego que arde constantemente y yo nunca me sentía saciado al entrar en ella, al mirarla, al probarla.
Con el tiempo comenzamos a probar muchos juguetes sexuales hasta tener nuestra propia caja de juguetes, lleno en su mayoría de juguetes para ella, que disfrutaba de darme los mejores espectáculos en la cama, especialmente cuando llegaba muy estresado del trabajo. Ella, tan consciente de su sexo, se sentaba en el borde de la cama. Colocaba un pie sobre un pequeño banco y exponía su vagina húmeda e hinchada para mí, por lo que yo siempre me sentaba cerca para dejar mi cara un par de centímetros de su centro.
Entonces ella comenzaba a jugar con sus juguetes preferidos, a veces era una bala vibratoria, a veces un dildo y otras veces sus propios dedos. Ella disfrutaba ser observada y yo disfrutaba mirarla en su momento más íntimo y apasionado, ese era el aspecto de nuestra relación donde encajábamos mejor.
Un día, mientras investigaba qué juguete regalarle por navidad a mi esposa, descubrí el Satisfyer, un pequeño juguetito que prometía orgasmo en 3 minutos. Inmediatamente quise comprarlo para ella y verla jugar con esa cosita contra su delicioso clítoris. Pero busqué en varias tiendas y no tuve suerte: estaba totalmente agotado. Su popularidad y eficacia era tal que todos deseaban un Satisfyer para navidad.
Fue entonces cuando encontré una página web mágica. Una página donde podrían encontrarme aquel juguete tan deseado y que en esos días de navidad era casi imposible de conseguir. SexyShop es una sex shop, donde tienen la opción de conseguirte cualquier juguete sexual que estés buscando. Pedí el satisfyer con muy pocas esperanzas y lo encontraron para mi casi inmediatamente, enviándomelo de una forma segura en un paquete cubierto que no dejaba que definir a los demás lo que había dentro de la caja.
Mantuve la caja escondida hasta navidad. Cuando ella abrió el paquete chilló de la emoción, al parecer sus amigas le habían hablado del famoso Satisfyer. Le habían contado que era un juguete especialmente diseñado para el clítoris, lo que aseguraba orgasmos más intensos, duraderos y en un menor tiempo. Aquello era exactamente lo que había estado deseando para navidad y Sexy Shop me lo había conseguido.
Aquello noche tuve una de las sesiones voyeur más deliciosas de mi vida. Mi esposa se corrió una y otra vez con la primera velocidad de aquel juguete sexual… Y aunque quedaban 10 más. Sin duda, Sexy Shop y el Satisfyer me dieron la mejor navidad de todas.