¿Has escuchado alguna vez sobre el Voyeurismo?. ¿Te suena pero no sabes bien de qué se trata?
Los seres humanos nacemos con la capacidad de mirar a los demás. Desde la mirada, aprendemos hábitos y costumbres que nos sirven para la vida.
¿Pero qué pasa cuando miramos a otros y eso nos produce deseo sexual?. En este caso estamos hablando de voyeurismo y hoy te contaremos de qué va esta práctica sexual que para algunos es fetiche y para otros parafilia.
¿Qué es el voyeurismo?
Voyeur, es una palabra de origen francés que se traduce literalmente como «el que ve». Es una práctica sexual muy común pero que tiene varias connotaciones.
En el ámbito clínico, se refiere a la persona que tiene excitación sexual cuando observa a otras personas que están en la intimidad o desnudas, sin que esto signifique una interacción sexual para el observador y sin el conocimiento ni el consentimiento de la persona o personas observadas.
En algunas ocasiones, el voyeurismo puede ser considerado parafilia. Especialmente cuando el impulso es tan fuerte que no se puede controlar y que puede generar problemas funcionales en la vida o en el cuerpo.
Pero un momento, ¡todos tenemos fantasías!
¡Si!, la mayoría de las personas tenemos intereses parafílicos que no cumplen con los criterios clínicos para ser considerados trastornos. Algunos tienen fetiches, utilizan juguetes sexuales, se disfrazan y experimentan deseos o fantasías sexuales que les gustaría realizar.
Por lo tanto, disfrutar de observar a otras personas en contextos sexuales no es un comportamiento anormal en sí mismo. Cuando somos adolescentes, y a principios de la vida adulta, solemos ser muy curiosos y visuales para estimular el aprendizaje.
De modo que hay que ser muy cuidadosos y no confundir esto, con nuestro interés por experimentar la sexualidad en todo el ámbito de las posibilidades.
El voyeurismo es más común de lo que pensamos, pero puede convertirse en un problema si terminamos invirtiendo más tiempo de lo normal para mirar a otros. Evadiendo nuestras actividades cotidianas por largos periodos o generando deterioro funcionales que causan daños.
Es muy normal experimentar excitación cuando vemos al cuerpo de otra persona desnuda. Sin embargo, se considera voyeurismo, cuando la otra persona no sabe que la observamos secretamente a través de ventanas, cámaras, espejos y hasta cerraduras de puertas. Y que podemos hasta masturbarnos con el nivel de excitación que nos produce espiar a los demás mientras mantienen relaciones, se duchan o se visten.
¿Cómo saber si soy un voyeurista?
El voyeurista, experimenta cambios corporales cuándo observa secretamente a Los amantes. Se emociona, se pone nervioso, experimenta placer y quiere permanecer muy frecuentemente o por mucho tiempo en esta actitud. Un factor qué potencia la excitación es el riesgo a ser descubierto mientras observa.
Por lo general acompaña su tarea con la masturbación y tiene tendencias exhibicionistas. Son personas que al encontrarse de espectador, tiende a salivar, a lubricarse naturalmente, a aumentar su frecuencia cardíaca y la sudoración de su cuerpo. Síntomas que son característicos de la excitación sexual tradicional.
Con permiso y sin permiso.
Cuando hablamos del Voyeur, es importante recalcar qué se trata de una práctica muy distinta al candaulismo.
Este, es un término médico que hace referencia al impulso psicológico de una persona por exponer a su pareja ante otras personas con el fin de tener una gratificación erótica.
Por supuesto que nada tiene que ver con amenazar, intimidar, exponer o vengarse de tu pareja o de tu ex pareja. Sino que parte de una profunda admiración, digamos que es algo así como el amor y el deseo desmedido por la pareja al punto de querer mostrarla por algo digno de ser admirado.
En algunas ocasiones no basta con una foto, implica también permitir que la pareja se desnude físicamente y que incluso pueda llegar a tener una relación sexual con terceros.
Este tipo de triolismo se relaciona también con una nueva modalidad fetichista conocida como cuckolding. Qué consiste básicamente en qué una mujer tenga relaciones con otras personas. Mientras que el cuckold observa y disfruta de ello o de escuchar lo que su pareja ha experimentado en ese encuentro.
¡Si! como lo acabas de leer, el hombre permite que su pareja o esposa mantenga relaciones sexuales con otro hombre mientras que él, denominado cuckold solo se sienta observar.
De hecho, a veces son ellos mismos quiénes incentivan a sus parejas a realizar este tipo de actos generando en ellos una excitación sexual.
De modo qué la observación es consensuada y consentida. Mientras que en el voyeurismo se observan a otras personas desnudas en ropa interior o manteniendo relaciones sexuales. Con el objetivo de excitarse sin que estás sean conscientes de ello.
Una persona que practica cuckolding se excita sexualmente por la fantasía o realidad, en donde su pareja considera atractiva a otra persona. Y le es infiel manteniendo relaciones sexuales. Y en conclusión el hecho de imaginarlo y de ver que su pareja conscientemente le monta los cuernos le genera placer.
Aunque parezca mentira, es un estilo de vida alternativo que ha crecido muchísimo en los últimos años. Porque a muchos nos atrae lo que está prohibido. De modo que la transgresión a lo que debería ser tiene un poderoso papel en nuestra mente.
Es una práctica que atrae a mujeres y hombres creativos, asociados a las artes y con alto nivel intelectual. Que utilizan la cultura y la imaginación para obtener placer sexual mientras que de alguna manera garantizan a la pareja la libertad de expresar la sexualidad.
Todo esto es una considerable fuente de excitación que puede convertirse fácilmente en fetichismo, pero qué implica un nivel de intencionalidad consentimiento distinto al del voyeurismo. Dónde los observados ignoran su papel en el momento.