Conocí a la que sería mi esposa cuando éramos niños, fui su mejor amigo durante años, hasta que nos separamos cuando me mudé de ciudad para estudiar en la universidad. 5 años después volví a mi ciudad natal y me encontré con ella luego de tanto tiempo, la conexión fue mejor y muy distinta a la de antes, siendo una conexión más sexual e intensa. Nos hicimos novios un mes más tarde y 3 años después nos casamos por civil. En la cama ella era desinhibida y apasionada, un fuego que arde constantemente y yo nunca me sentía saciado al entrar en ella, al mirarla, al probarla.
¡No tengo deseo sexual!
¡No tengo deseo sexual! ¡Estoy cansada, no tengo tiempo para pensar en eso! ¡No quiero coger con nadie! ¡Estoy aburrido de mi esposa! ¡Me duele la cabeza! Seguramente estas son frases que te suenan familiares. Que has escuchado miles de veces o te han pasado por la cabeza. No tengo deseo sexual, es … Leer más…